Desde hace ya muchos años
la tarea de enseñar , y la educación en general, se encuentra atravesada por un imaginario
social ligado al desprestigio, a prejuicios
generalizados, y, por situaciones y problemáticas sociales que exceden el acto pedagógico , y muchas
veces subsumen al docente en un sentimiento de desconcierto, de desgaste
en el ejercicio de su rol profesional.
En sociedades en constante movimiento y transformación, la
vertiginosa importancia de los medios masivos de comunicación ligada a la
creciente y constante evolución tecnológica impacta e influye en la
cotidianeidad de sus miembros ,constituyéndose
ésto un elemento que agrega desconcierto a los docentes en algunos casos
y que , los moviliza (o debiera hacerlo)
a transformarse constantemente ,en muchos otros.
Hoy, en un contexto de mediatización de la realidad, TODO
debe pasar por los medios para constituirse
como parte de la misma . La televisión constituye un escenario donde se traslucen
ideas, ideales, se construye sentido
respecto a determinados valores( lo lindo, la bueno, lo malo) , etc.
En este contexto, la escuela debería poder ser capaz de
captar ésta realidad mediatizada por los medios, de la cual los jóvenes
son sus principales cautivos, para
generar aprendizajes que impliquen la reflexión y generen nuevas
construcciones a partir de sus saberes
previos, de sus expectativas e
inquietudes.
La clave está en tomar aquello que los medios masivos dan,
como insumo para producir nuevos aprendizajes significativos para la comunidad
educativa. Para esto los medios tecnológicos son una pieza importante que el
docente deberá incorporar a su práctica
diaria.
Verónica Píchard.
hola
ResponderEliminarHola Verónica Alejandra... apellido?
EliminarEntiendo lo que proponés en tu hiér-texto de bitácora, que es tuyo y de nadie más. Pero me cuesta seguir los pasos que fuiste dando en las actividades de la materia para llegar a estas conclusiones, porque no encuentro en tu escrito referencias a tu autobiografía, ni a los supuestos de la materia planteados en el programa, ni al texto de Prieto Castillo.
Creo que revisar estas cuestiones te aportaría a seguir pensando y revisar algunos lugares comunes en los que caes.
Ah, ya encontré el apellido! Pichard, Pichard...
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