sábado, 10 de noviembre de 2012

Entrecruzamientos entre la Práctica Docente y la Cultura Mediática.



Educación,  Adolescencia y Subjetividad

Las tensiones  que se registran en las instituciones educativas tiene como vector que fueron pensadas para un mundo que ya no es,  y la realidad es que hoy contamos con alumnos con otras características. 

La adolescencia es el período etáreo que señala el momento de  pasaje de la niñez a la adultez. Las leyes genéticas determinan la maduración y el crecimiento, procesos orientados por la carga genética de la especie y atravesados por el orden de la cultura que se instaura, a partir de la dimensión simbólica que separa al hombre del orden natural. De modo tal, que la categoría  adolescencia, al igual que las categorías de niñez y adultez, son construcciones culturales que cambian de  acuerdo al momento histórico.
La subjetividad no está dada de antemano sino que se construye a partir del entrecruzamiento entre las relaciones vinculares en el seno de la familia, la historia familiar, social y las determinaciones actuales de la cultura.

Conocer las características de la época en la que vivimos y tener en cuenta su incidencia en la subjetividad para aquellos que atraviesan por el sistema educativo, constituye un instrumento de valor para diseñar propuestas pedagógicas utilizando los recursos con los que contamos para Alojar al Sujeto que allí se forma.

Cultura Escolar – Cultura Mediática

Es interesante el texto de Susana Bermúdez “Cultura Escolar-Cultura Mediática. Apuntes para un encuentro” quien plantea esta temática tomando referentes a autores como Jorge Huergo y Jesús Martín Barbero, entre otros.


 Instalados en nuestra cotidianeidad, los medios imponen nuevas formas de transmisión del conocimiento, nuevos modos de percibir y relacionarse. A través del consumo mediático e informático, niños y adolescentes no sólo usan los medios, además, construyen conocimientos, organizan sus prácticas cotidianas a partir de ellos, comparten con pares códigos, objetos, conversaciones, juegos y se distinguen de otros de acuerdo a gustos o diferentes posibilidades de acceso.
Reconocer y aceptar la capacidad modeladora que ejerce la cultura mediática sobre las prácticas y el imaginario de chicos y adolescentes no implica que debamos atrincherarnos en posiciones defensivas o ingenuas. No será desde actitudes “moralistas” ni desde la pasividad acrítica que la escuela logre reposicionarse en el mundo juvenil.
Por el contrario, la escuela puede fortalecer su función social acercándose a las culturas juveniles, reconociendo sus diversas conformaciones y prácticas, abriendo espacios de diálogo sobre los consumos culturales, asumiendo una alfabetización crítica que integre los nuevos lenguajes y medios, ofreciendo herramientas para interrogar la información, analizar las representaciones y estrategias utilizadas, problematizando y “desnaturalizando” los mensajes mediáticos.


 ¿ Qué podemos hacer cómo docentes?



En mi opinión, se deberá generar propuestas que tengan en cuenta los lineamientos y gustos que tienen las culturas juveniles: recursos audiovisuales, talleres, entrevistas, música, cibernética, etc. en lugar de la disociación entre la escuela y el afuera, lo cual profundiza la brecha que genera el desinterés de los alumnos y la queja del cuerpo docente.

Enseñar a pensar, enseñar a aprender, repensar el rol del docente en este contexto es la apuesta con la diversidad de los sujetos reales que ingresan a diario en nuestras aulas.



Publico un video de “Caminos de Tiza” sobre “Los Docentes  y una Apertura a los Medios”.

Ivana Caro

1 comentario:

  1. Hola Ivana
    Para empezar una cuestión: No se trata de la mera introducción de medios y tecnologías en la escuela sino del reconocimiento de la cultura mediática y los nuevos modos de subjetividad, sociabilidad, sensibilidad, memoria, atención, aprendizaje, etc que la misma condiciona. Ojo con este tema, porque es central y no encuentro que lo estés teniendo en cuenta todavía.
    Por otro lado, tu publicación adopta un tono netamente académico y no hace espacio a tu propia experiencia, lo cual sería más cercano a un texto de bitácora como el que se esperaba.
    Tenelo en cuenta para preparar el final. La idea es que te apropies de los aportes teórico conceptuales desde tu propia experiencia, tu propio contexto y en diálogo con tus compañeros.
    Nos vemos

    ResponderEliminar