Educación, Adolescencia y Subjetividad
Las
tensiones que se registran en las
instituciones educativas tiene como vector que fueron pensadas para un mundo
que ya no es, y la realidad es que hoy contamos con alumnos con otras características.
La adolescencia es el período etáreo que señala el momento de pasaje de la niñez a la adultez. Las leyes genéticas determinan la maduración y el crecimiento, procesos orientados por la carga genética de la especie y atravesados por el orden de la cultura que se instaura, a partir de la dimensión simbólica que separa al hombre del orden natural. De modo tal, que la categoría adolescencia, al igual que las categorías de niñez y adultez, son construcciones culturales que cambian de acuerdo al momento histórico.
La subjetividad no está dada de antemano
sino que se construye a partir del entrecruzamiento entre las relaciones
vinculares en el seno de la familia, la historia familiar, social y las
determinaciones actuales de la cultura.
Conocer las características de la
época en la que vivimos y tener en cuenta su incidencia en la subjetividad para
aquellos que atraviesan por el sistema educativo, constituye un instrumento de
valor para diseñar propuestas pedagógicas utilizando los recursos con los que
contamos para Alojar al Sujeto que allí se forma.
Cultura Escolar – Cultura Mediática
Es interesante el texto de Susana Bermúdez “Cultura
Escolar-Cultura Mediática. Apuntes para un encuentro” quien plantea esta
temática tomando referentes a autores como Jorge Huergo y Jesús Martín Barbero, entre otros.
Instalados en nuestra cotidianeidad, los medios imponen nuevas formas de
transmisión del conocimiento, nuevos modos de percibir y relacionarse. A través
del consumo mediático e informático, niños y adolescentes no sólo usan los medios,
además, construyen conocimientos, organizan sus prácticas cotidianas a partir
de ellos, comparten con pares códigos, objetos, conversaciones, juegos y se
distinguen de otros de acuerdo a gustos o diferentes posibilidades de acceso.
Reconocer y aceptar la capacidad modeladora que ejerce la cultura
mediática sobre las prácticas y el imaginario de chicos y adolescentes no
implica que debamos atrincherarnos en posiciones defensivas o ingenuas. No será
desde actitudes “moralistas” ni desde la pasividad acrítica que la escuela
logre reposicionarse en el mundo juvenil.
Por el contrario, la escuela puede fortalecer su función social
acercándose a las culturas juveniles, reconociendo sus diversas conformaciones
y prácticas, abriendo espacios de diálogo sobre los consumos culturales,
asumiendo una alfabetización crítica que integre los nuevos lenguajes y medios,
ofreciendo herramientas para interrogar la información, analizar las
representaciones y estrategias utilizadas, problematizando y “desnaturalizando”
los mensajes mediáticos.
¿ Qué podemos hacer cómo docentes?
En
mi opinión, se deberá generar propuestas que tengan en cuenta los lineamientos
y gustos que tienen las culturas juveniles: recursos audiovisuales, talleres,
entrevistas, música, cibernética, etc. en lugar de la disociación entre la
escuela y el afuera, lo cual profundiza la brecha que genera el desinterés de
los alumnos y la queja del cuerpo docente.
Enseñar a pensar, enseñar a aprender, repensar el rol del docente en este contexto es la apuesta con la diversidad de los sujetos reales que ingresan a diario en nuestras aulas.
Publico un video de “Caminos de Tiza” sobre “Los Docentes
y una Apertura a los Medios”.
Ivana Caro
Hola Ivana
ResponderEliminarPara empezar una cuestión: No se trata de la mera introducción de medios y tecnologías en la escuela sino del reconocimiento de la cultura mediática y los nuevos modos de subjetividad, sociabilidad, sensibilidad, memoria, atención, aprendizaje, etc que la misma condiciona. Ojo con este tema, porque es central y no encuentro que lo estés teniendo en cuenta todavía.
Por otro lado, tu publicación adopta un tono netamente académico y no hace espacio a tu propia experiencia, lo cual sería más cercano a un texto de bitácora como el que se esperaba.
Tenelo en cuenta para preparar el final. La idea es que te apropies de los aportes teórico conceptuales desde tu propia experiencia, tu propio contexto y en diálogo con tus compañeros.
Nos vemos