Según Eric
Torrico Villanueva: “la comunicación es un elemento estructural de la sociedad,
en el entendido de que constituye un “cemento” de la trama inter-individual por
el cual aquélla es conformada. Este factum
puede ser traducido axiomáticamente en el aserto de que no hay sociedad sin
comunicación (o a la inversa)”
En este proceso
de interrelación, lxs adolescentes se nutren de los medios y retroalimentan a
la cultura que se servirá de ellxs también como motores que indiquen el pulso
de su época.
Así, lxs jóvenes
ofrecen el cotidiano desafío de su mundo irrenunciablemente mediático -desde
allí es la mayor posibilidad de encuentro y de intercambio para la muchas de
las situaciones escolares, dado que, aún en las intervenciones cara a cara, el
discurso va a estar interpuesto por usos y lenguajes de medios.
Mauro Wolf cita
a McQuail en la definición de los mass media como “instituciones que
desarrollan una actividad clave consistente en la producción, reproducción y
distribución de conocimiento (…), conocimiento que nos permite dar un sentido
al mundo, modela nuestra percepción del mismo y contribuye al conocimiento del
pasado y a dar continuidad a nuestra comprensión presente”
Muchas personas
adultas suelen juzgar determinados productos de la tecnología como una pérdida
de tiempo –las consolas de juego, actividades en red y otros dispositivos o
utilitarios con los que lxs adolescentes se comunican, juegan y también
desarrollan capacidades más allá de los procesos alfabetizadotes por los que
hayan transitado.
Sin embargo, los
usos tecnológicos igualan, permiten un acceso mucho más democrático a
información a la que antes era más complejo acceder y en la que el valor dinero
solía ser un determinante.
Noor
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