miércoles, 20 de marzo de 2013


Consumo y cultura masiva

Quisiera comenzar este hipertexto de bitácora, introduciendo una pregunta que deviene del texto que realiza  María Cristina Mata “Nociones para pensar la comunicación y la cultura masiva” y, acerca de la cual, hemos intervenido con la recepción mediática juvenil:


¿Qué nos dice el consumo acerca de los individuos,  como sujetos modelados por la cultura masiva?
En dicho texto se atraviesa el tema de cómo la cultura y la comunicación masiva son ejecutores de una producción simbólica, las que son sostenidos por los sectores económicos de poder, quienes apropiados de los medios de producción y circulación de bienes culturales, crean como necesario y deseable sus productos o valores que ofrecen, y  para los que necesitan un pueblo que reciba y afiance dichas hegemonías como legítimas. Los mensajes enviados a través de los productos son parte de la cultura masiva, y son percibidos a través de los medios de comunicación masivos.
Entonces aquí, cabe la meditación, sobre de que manera esa cultura se exterioriza en los jóvenes con quienes trabajamos. Requiere reflexionar sobre en cómo las manifestaciones de la vida social, los medios de comunicación y las tecnologías, han influido en las experiencias de vida como producción social de sentidos.
Jorge Huergo, en el texto “Una primera aproximación al campo de Comunicación/Educación”  reconoce espacios sociales que puedan tener prácticas educativas y comunicacionales, distintos a la escuela y medios de comunicación tradicionales, de los cuales formamos parte y de los que incorporamos modalidades y prácticas cuando actuamos e interpretamos el mundo que nos rodea. Lo que significa intervenir desde el reconocimiento del mundo cultural de los sujetos a los cuales se desea formar.
Paulo Freire habla del universo vocabular, y cito un link de un artículo de Jorge Huergo, en cuanto refiere a “El reconocimiento del “universo vocabular” y la prealimentación de las acciones estratégicas”

Me impacta la siguiente imagen: la de un bebé, el cual ya nace con tatuajes o sellos afines a la cultura y comunicación masiva de determinado contexto-momento histórico.  En la misma podemos reconocer a los grupos de poder hegemónicos mediante sus productos, logos, identificaciones, valores que desean transmitir, y los que  necesitan ser reconocidos como ciertos y legítimos por la masa popular para afianzarse en las mismas.



 

La identidad de los jóvenes se afirma y reconoce en los contextos de interacción y comunicación social, en y con los medios culturales y mediáticos que consumen, que caracterizan ciertos rasgos distintivos por los cuales se ven a sí mismo y son reconocidos como pertenecientes a un grupo, poseyendo una serie de atributos y portando un pasado biográfico inmodificable.
Por ello la posesión o acceso a cierto tipo de productos implica centralmente acceder a un modo particular de experimentar el mundo que se traduce en adscripciones y diferenciaciones identitarias.

1 comentario:

  1. El posteo está un poco más completo que el anterior y más claramente referido a los contenidos del módulo.
    Lo hablamos mejor en el final.
    Saludos

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